miércoles, mayo 26, 2010

Visita inesperada

Siendo vasco como soy, es de  extrañar que nunca haya escrito ningún texto sobre una conocida que todos echan de menos cuando hace mucho que no se deja ver y piden a gritos su huida cuando apenas ha saludado, LA LLUVIA.


Esta inoportuna compañera que se presenta cuando menos se la espera, acostumbra sin reparto alguno, a invitar a sus amigos sin haberlo consultado antes con el anfitrión.


Como en toda buena cuadrilla, tenemos a la siempre resplandeciente amiga guapa que da la nota con la primera impresión pero que desaparecer de nuestros recuerdos tan rápido cómo un rayo. Claro esta, que no puede faltar en esta pandilla un singular personaje que persigue ruidosamente a la anterior cual trueno acechando a la luz. El sopla gaitas de turno que hace mecer las faldas de la lluvia no es menospreciable tampoco por mi querida villa.


Pónganse en situación,  ustedes se van tan tranquilos con su amigos a la playa a celebrar el primer día de vacaciones y contra todo pronóstico los tres primeros del cuarteto deciden pasarse a saludar al viento que os acompañaba instantes antes mientras colocabais cuidadosamente las toallas. En este momento todos acudís al lado de ese previsor que incluso en los días en los que Lorenzo amenaza con fundir las piedras lleva un paraguas en la bolsa. Los que se quedan fuera de ese selecto grupo que comprimidos cual sardinas se esconden de la lluvia, han de tomar la drástica medida de taparse con la toalla y esperar con cara de gilipollas a que el agua empape irremediablemente la tela. "De lo malo malo.." te pones a pensar que tu aun tienes unos segundos hasta que acabes calado, y te sale una malévola sonrisa mientras ves como el endeble paraguas del resto va dando tumbos por la arena como la cometa de un niño en un día sin viento. 


Este es un claro ejemplo que demuestra que la fama es momentánea, ya que el que hacía un instante estaba siendo abrazado por las chicas guapas de la cuadrilla, se ve repudiado a ponerse lo primero que tiene a mano en la cabeza, la bolsa del bocadillo. Esa bolsa de plástico que nos dan con la compra, la misma que una vez terminamos la comida usamos de basura. Ya, ya lo sé, teniendo en cuenta el contenido que algunos jóvenes de hoy en día guardan en sus molleras, la pobre bolsa se ha visto relegada a un puesto, si cabe, más denigrante.




La imagen ha sido obtenida del vídeo de la versión del 'Chiki Chiki' 'Baila el sirimiri' creada por el programa 'Vaya semanita' de la ETB

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