viernes, marzo 30, 2007

Inspiración final

Esta vez no tengo excusa para no haber escrito en tanto tiempo, solo este texto que espero sea de vuestro agrado.


Doy una calada más en busca de inspiración, siento como el nauseabundo sabor de la ceniza se aloja en mi boca. Expulso el grisáceo humo de mi cuerpo mediante un prolongado suspiro, no sin antes haberle sometido a un minucioso examen en el que encuentro esa tranquilidad que con tanta ansia se adhiere a mi interior. Dejo el pitillo en el cenicero que está junto a la máquina de escribir. En ella descansan un folio en blanco y un carrete que ya ha olvidado el incesante traqueteo del abecedario. Una espesa capa de polvo cubre las teclas ocultando las desgastadas letras.

Como ellas, yo ya he olvidado la esencia que me caracterizaba, todo se oculta tras una incorpórea cortina de falsa inseguridad. La estancia se encuentra invadida por ella, el techo antaño blanco se ha ido tiñendo año tras año con el color de la amargura. El cigarro se consume poco a poco en su último lecho.


Vestido como la virgen que es entregada a lo desconocido se presentó ante mi la primera vez, ahora que ya lo conozco ha abandonado su sutileza y me muestra en su forma de morir lo que me carcome por dentro.

No me lo pienso dos veces y arrojo el vaso de agua sobre el cuenco tratando de apagar el fuego que crece en mi interior. No tardo mucho en sentir las consecuencias, mi cuerpo cae pesadamente sobre la mesa bajo el peso de mis encharcados pulmones.

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