jueves, julio 21, 2011

Nuevo Blog Técnico

Hace ya mucho tiempo que no escribo prosa ni poesía, pero no dejan de ocurrírseme artículos técnicos que no tienen cabida en este blog, por ello he decidido crear otro blog en el que poner todos esos artículos. Esto no quiere decir que tengo intención de eliminar las entradas técnicas de este blog, solo que éstas se encontrarán en otro lugar.

Bienvenidos a Las Aventuras y Desventuras de Un Pingüino, el cual estrenaré con el artículo sobre un Linuxero en Mac que precede a esta entrada.



sábado, abril 16, 2011

Un linuxero en Mac

Creo que es mucho lo que se ha escrito sobre sobre los cambios que supone para un usuario de Windows cambiarse a el sistema operativo de la manzana, pero poco es lo que he encontrado sobre opiniones de usuarios de otras plataformas UNIX que deciden dar el salto. Por ello voy a listar una serie de diferencias que se pueden encontrar y algunos trucos y herramientas que pueden hacer la vida más cómoda a un asentado linuxero.



El entorno de trabajo

Dejando a un lado la cuidada estética de todo el sistema vamos voy a centrarme en los elementos más importante.


Barra de Menú Global

Al rato de usar el sistema, te das cuenta de que ninguna de las ventanas tiene la acostumbrada barra de "Archivo, Herramientas,...", ésta no ha desaparecido, se encuentra en la parte superior de la pantalla y cambia adaptándose a las herramientas que estemos usando.

La mayor ventaja de esto es el ahorro de tamaño que puede suponer, y aunque en un principio resulte incómodo desplazarse hasta ella, tras usarla un rato, te acostumbras a la gran lógica de que siempre se encuentre en el mismo sitio. Si las acciones son similares en todas las aplicaciones... ¿por qué cada aplicación ha de tener su propia barra?

En esta barra también encontramos a la derecha el menú de la manzana desde el que puede accederse a información del sistema y a las preferencias. En la parte derecha está en reloj, y los Tray icons, las aplicaciones que se quedan abiertas aún cuando las cerramos.


El Dock 

En la parte inferior del escritorio encontramos una herramienta cargada de iconos, éste es el Dock, el lanzador rápido de aplicaciones.  Si queremos tener una herramienta a mano, basta con arrastrarla a la barra y listo. Si por el contrario queremos deshacernos de una, la arrastramos fuera.

Una de las cosas que a mi me molestaron en un principio fue que ocupaba buena parte de la pantalla, pues por defecto ni se oculta ni puede ser ocultado por ninguna pantalla. Tras ir a las preferencias del sistema desde el menú de la manzana y modificar una opción problema solucionado, se ocultaba y listo.

Otra molestia fue la de no tener ningún tipo de separador para clasificar las aplicaciones en el propio Dock. En otras herramientas similares para Gnome tenía esta opción. Puede solucionarse insertando un icono vacío, para ello, hay que abrir una terminal 'Aplicaciones > Utilidades > Terminal'  y escribir:

defaults write com.apple.dock persistent-apps -array-add '{tile-data={}; tile-type="spacer-tile";}

Luego tenemos que reiniciar el Dock escribiendo este otro comando:

killall Dock

Si el espacio queremos añadirlo a la parte derecha, donde se encuentra la papelera y algunas carpetas especiales como la de Descargas y Aplicaciones, el comando a ejecutar sería el siguiente:

defaults write com.apple.dock persistent-others -array-add '{tile-data={}; tile-type="spacer-tile";}'

Tras ello también tendría que reiniciarse el Dock.

Los separadores actúan como un icono más, por lo tanto podemos moverlos de un lugar a otro arrastrándolos o eliminarlos dejándolos fuera de la barra.


El Escritorio

Una de las cosas que diferencian a los usuarios de cualquier sistema operativo con los de Mac, es el orden que se tiene en el escritorio. He conocido a usuarios de Windows acostumbrados a tener su escritorio completo de aplicaciones que tras dar el mordisco a la manzana han mantenido el mismo como el primer día.

Creo que esto es debido a que otros sistemas invitan al usuario a tenerlo todo en el escritorio. Tras la instalación, siempre encontramos una cantidad ingente de aplicaciones en el mismo, además al instalar un nuevo programa nos invitan a añadir un icono.

Tras el primer arranque que realizamos, vemos que no hay NADA en el escritorio, que se encuentra limpio e impecable. Todas las herramientas están en el Dock, un lugar accesible en cualquier momento sin necesidad de perder el tiempo minimizando ventanas.

Mac nos invita a tener un escritorio limpio, solo veremos iconos en el mismo cuando conectemos un disco USB o montemos una aplicación (ampliación en el siguiente punto). Ésto no quiere decir que no podamos añadir todas las aplicaciones al mismo, pero en mi opinión, se hace innecesario.

Para desmontar cualquier disco o aplicación del Escritorio, podemos hacer click derecho sobre la misma y expulsarla, o arrastrarla hasta la papelera que en este proceso se convierte en el icono de expulsión que tenemos en el teclado para realizar esta operación con los CDs.


El Comportamiento de las Ventanas

Lo primero que puede chocar es ver los botones de 'Cerrar', 'Minimizar' y 'Maximizar' a la izquierda de la ventana, pero eso no es muy trascendental, lo realmente importante es mostrar algunos cambios chocantes que podemos encontrar.

Para redimensionar una ventana, se ha de realizar obligatoriamente desde la esquina inferior derecha.

El botón de maximizar, el verde, no hace que la ventana ocupe el 100% de la pantalla, simplemente le asigna el valor mínimo que la ventana necesita. Esto quiere decir que si abrimos una web con un ancho de 800px y le damos al botón verde, se nos redimensionará la ventana a esa anchura.


Finder

Se trata del navegador de archivos de Mac, el homólogo de Dolphin en KDE o del Nautilus de Gnome. Es la única aplicación que se encuentra siempre en ejecución, por mucho que la cerremos, seguirá en memoria. 

Su uso es simple, como cualquier otro navegador, pero tiene ciertas peculiaridades que lo hacen diferente y que me han dado más de un quebradero de cabeza.

La primera vez que quise renombrar un documento me volví loco, ¿ Alguien ha dicho Click Derecho > Renombrar? No existe tal opción. En Mac,  el modo más fácil de renombrar un archivo es seleccionarlo y pulsar la tecla 'Enter'.

Otra peculiaridad no tan molesta, pero que puede añorarse es que no tenemos una barra de direcciones, no podemos saber en que ruta del sistema nos encontramos en cada momento. La ruta completa se muestra realizando click derecho en la barra superior de la ventana donde se muestra el nombre de la carpeta, o añadiendo una barra a la parte inferior de la ventana, 'Visualizar > Mostrar barra de ruta'.


Las Hotkeys o Teclas de acceso Rápido

Si tienes ya un Mac y aun no lo has hecho, mira atentamente el teclado, verás que hay una tecla 'Cmd' y 'fn' y que careces de teclas tales como 'Fin', 'Inicio', 'Sup'.

La tecla 'Cmd' actúa como el control de cualquier teclado convencional y junto con 'c', 'x' y 'v' realiza las acciones de 'copiar', 'cortar' y 'pegar' respectivamente. También se usa junto con el tabulador para pasar de una aplicación a otra.

Para ir al inicio de una fila se ha de pulsar 'Cmd+Flecha Izquierda' y para ir al final 'Cmd + Flecha Derecha'. En algunas aplicaciones se realiza esta misma acción mediante la tecla 'fn' y las respectivas flechas.

El 'Suprimir' que tanto usamos para eliminar el texto que queda a la derecha del cursor se logra mediante la combinación de 'fn+retroceso'.



Las Aplicaciones

Se que la creencia de muchos es que Mac tiene el sistema de instalación de herramientas más simple e intuitivo de todos los sistemas operativos. En la mayoría de los casos, tras bajarnos una aplicación y montarla en el escritorio, basta con arrastrarla a la carpeta Aplicaciones y ya está preparada para utilizarse. 

Tengo que admitir que este método resulta simple, pero tenemos que obtener el programa fuera del sistema, hay que ir a Internet y buscarla. Además las actualizaciones hay que realizarlas a mano. Por ello creo que los gestores de aplicaciones que vienen en la mayoría de las distribuciones de GNU/Linux actuales, mejoran con creces este método. Se que la AppStore de Mac proporciona un sistema similar, pero hay que registrarse en la misma y proporcionar muchos datos personales.

Una herramienta que se encarga de realizar la búsqueda de actualizaciones por nosotros es appfresh.


Instalar una Aplicación

Las aplicaciones descargadas tienen extensión '.dmg' (una especie de unidad de disco). Cuando las descargamos y abrimos vemos que se ha montado un nuevo dispositivo en el escritorio, tras abrirlo nos aparecerá una ventana en la que se nos indica que arrastremos el icono de la aplicación a la carpeta Aplicaciones. ¿Qué icono? el mismo que se muestra en esa misma ventana.


Desinstalar una Aplicación

Una aplicación de Mac se desinstala con tanta facilidad como se instala, solo que en este caso tenemos que arrastrar la aplicación desde nuestra carpeta Aplicaciones a la papelera que se muestra en el Dock.


¿Puedo usar mis antiguas aplicaciones?

Buena parte de las aplicaciones de GNU/Linux se encuentran disponibles para Mac, VLC, firefox, chrome, ... Es lo bueno del software libre.

Aquellas aplicaciones que no estén portadas oficialmente para la manzanita, puede intentarse portarlas mediante el uso de Fink.



La Terminal

Se que no todos los usuarios de GNU/Linux son unos amantes de la linea de comandos, pero yo no puedo vivir sin ella. Han sido muchos años ( 8 o 9 ya) que llevo empleándola, y a día de hoy se me hace más cómodo navegar por ella y lanzar el navegador de archivos una vez dentro de la carpeta deseada,  que moverme entre carpetas por cualquier navegador de archivos.

Habían tres cosas que me molestaban de mi consola de comandos, la carencia de colores al listar documentos, el Prompt (texto que aparece en una linea de comandos por delante del comando que se está ejecutando) y la opción de tener una terminal de estilo Quake como Yakuake o Tilda (Terminales ocultas que se muestran al pulsar una combinación de teclas).


El Prompt

Por defecto el Propmt de Mac es poco esclarecedor, solo muestra el directorio actual, no la ruta completa de directorios, y el orden de la información que se muestra es diferente a la que se tiene en los sistemas GNU/Linux.

Para tener un Prompt Linux like hay que crear/modificar el archivo oculto '.bash_profile' (tiene un '.' punto al inicio) de vuestra carpeta de usuario. Emplear para ello vuestro editor de textos plano favorito. Lo que hay que introducir es:

export PS1="\u@\h\w$ "

Si alguno ha jugado con estas opciones en GNU/Linux le resultará muy familiar, pero para el resto una pequeña aclaración: la '\u' hace referencia al nombre de usuario, la '\h' al nombre del host y '\w' indica la ruta actual completa.


Los colores

Nuevamente toca editar el archivo '.bash_profile' añadiendo esta vez lo siguiente:

 export CLICOLOR=1


Terminal de estilo Quake

Este proceso resulta un poco más tedioso que lo anterior, pero no es muy complicado.

Primero se ha de descargar, descomprimir e instalar SIMBL. Es una herramienta que permite añadir funcionalidades a otras aplicaciones.

Tras ello hay que descargarse el Plugin para SIMBL que añade esta funcionalidad a la terminal, Visor. Este archivo hay que introducirlo en '~/Librería/Applications Supports/SIMBL/plugins/'. Es posible que esta carpeta no exista, si es así crearla. Recordar que '~' hace referencia a vuestra carpeta principal.

Tras reiniciar la Terminal se puede apreciar un nuevo icono en la barra de herramientas, desde él pueden modificarse las preferencias de la aplicación.



Espero que esta mini guía de adaptación de un Linuxero a Mac os resulte útil.

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miércoles, mayo 26, 2010

Visita inesperada

Siendo vasco como soy, es de  extrañar que nunca haya escrito ningún texto sobre una conocida que todos echan de menos cuando hace mucho que no se deja ver y piden a gritos su huida cuando apenas ha saludado, LA LLUVIA.


Esta inoportuna compañera que se presenta cuando menos se la espera, acostumbra sin reparto alguno, a invitar a sus amigos sin haberlo consultado antes con el anfitrión.


Como en toda buena cuadrilla, tenemos a la siempre resplandeciente amiga guapa que da la nota con la primera impresión pero que desaparecer de nuestros recuerdos tan rápido cómo un rayo. Claro esta, que no puede faltar en esta pandilla un singular personaje que persigue ruidosamente a la anterior cual trueno acechando a la luz. El sopla gaitas de turno que hace mecer las faldas de la lluvia no es menospreciable tampoco por mi querida villa.


Pónganse en situación,  ustedes se van tan tranquilos con su amigos a la playa a celebrar el primer día de vacaciones y contra todo pronóstico los tres primeros del cuarteto deciden pasarse a saludar al viento que os acompañaba instantes antes mientras colocabais cuidadosamente las toallas. En este momento todos acudís al lado de ese previsor que incluso en los días en los que Lorenzo amenaza con fundir las piedras lleva un paraguas en la bolsa. Los que se quedan fuera de ese selecto grupo que comprimidos cual sardinas se esconden de la lluvia, han de tomar la drástica medida de taparse con la toalla y esperar con cara de gilipollas a que el agua empape irremediablemente la tela. "De lo malo malo.." te pones a pensar que tu aun tienes unos segundos hasta que acabes calado, y te sale una malévola sonrisa mientras ves como el endeble paraguas del resto va dando tumbos por la arena como la cometa de un niño en un día sin viento. 


Este es un claro ejemplo que demuestra que la fama es momentánea, ya que el que hacía un instante estaba siendo abrazado por las chicas guapas de la cuadrilla, se ve repudiado a ponerse lo primero que tiene a mano en la cabeza, la bolsa del bocadillo. Esa bolsa de plástico que nos dan con la compra, la misma que una vez terminamos la comida usamos de basura. Ya, ya lo sé, teniendo en cuenta el contenido que algunos jóvenes de hoy en día guardan en sus molleras, la pobre bolsa se ha visto relegada a un puesto, si cabe, más denigrante.




La imagen ha sido obtenida del vídeo de la versión del 'Chiki Chiki' 'Baila el sirimiri' creada por el programa 'Vaya semanita' de la ETB

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jueves, septiembre 10, 2009

La vida ante tus ojos

1...2...3...4...5... me gustaría poder decir que los minutos pasan frente a mi como si de segundos se trataran, que las horas desaparecen tras una mirada y que las calurosas páginas del calendario dan lugar a inhóspitos paisajes nevados. Veo el segundero en mi muñeca retroceder y escucho una distorsionada canción en un viejo vinilo que gira al compás de mi reloj, me siento incluso más joven.


Me asomo a la ventana con ganas de ver al tiempo pasar y poder preguntarle por lo que está sucediendo. En su lugar me encuentro con unas nubes que regresan tarde a casa recogiendo a la lluvia que por el camino perdieron. Observo también como el río retrocede en su caudal y a una trucha ya adulta bajando por él de camino al mar. Por el puente los coches maniobran, van con la marcha atrás. Los niños que hacia el parque se dirigían regresan con sus padres, que aun no habían bajado la mano para despedirse de sus pequeños.

El tiempo no avanza, los latidos de mi corazón se pausan, la vida se apaga.

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lunes, octubre 27, 2008

Blanco desierto

Una página blanca se extiende frente a mi, como un desierto de nieve virgen me intimida. No tengo valor para avanzar violando su pureza con malas letras que no saben que decir.

Una expresión banal, una sucia huella que dejo atrás, una mancha de grafito que ya no se puede borrar. Una nevada la podría ocultar, pero siempre quedará la marca del carbón en su intimidad.

Punzante es el bastón en el que me apoyo al final de cada paso, de cada oración que ya no tiene que contar. Se va acentuando mi cojera al arrastrar la pierna por la sílaba tónica, estoy cansado ya.

Tropiezo con el escalón que separa este párrafo, dibujo un ángel con mi cuerpo, una bella figura que ya pertenece a este lugar. Me levanto y vuelvo a caminar, un 42 aplasta ahora su belleza con este punto final.

La imagen ha sido tomada de la galería de jvers.

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viernes, septiembre 26, 2008

Esperar

EL otro día rebuscando entre los bolsillos de una vieja mochila me topé con un texto cuyo título es más que adecuado en esta ocasión.


Bajo la lluvia, rodeado por una catarata infinita, él aguarda con esperanza algo que no acaba de llegar. una gota patina por su desnuda frente. Ahora camina entre sus ojos que miran al infinito en busca de algo que saben no hallarán, solo ven el agua caer. Cruza el puente de su nariz, ahora inundada por el olor de la sucia humedad bajo la que le hacen esperar. A sus labios llega ya el sabor agridulce de las lágrimas del cielo que le hacen recordar la tristeza que le causa el fracaso de su misión.

Sus pies se inundan en el interior de sus gastados zapatos negros, como se ahogan sus esperanzas en su interior. Superando la dificultad que le impone la líquida barrera que se cierne frente a él, comienza a caminar hacia cualquier lugar.

Lo ha comprendido ya, no merece la pena aguardar, lo tiene que empezar a buscar, pero todo es igual, ahora descansa en paz.


La imagen ha sido obtenida de la galería de thespeak

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viernes, noviembre 16, 2007

Fin

Ya nada importaba, el sonido de la tierra sobre aquel lecho de seda y pino eran su destino final. Ya nadie barajaba la posibilidad de que se levantara riendo mientras la grúa descendía la caja, nadie tenía esperanza alguna en que el sacerdote les dirigiera un simpático "inocentes" durante el oficio.

Todos recordábamos cómo el féretro había sido transportado entre llantos por sus seres más queridos hasta el altar desde el oscuro coche que lo recogió en el velatorio. En este tétrico lugar pasó la última noche inundado con un halo de vida en la muerte. El frío mármol de la estancia había carecido de compañía alguna hasta que él acudió a esa aciaga cita tras haber sido encontrado en su sillón.

Un pitillo y un libro fueron sus únicos acompañantes en esa última hora en la que su corazón dejó de latir. La sangre era bombeada despacio y sus pulmones recolectaban una deficiente cosecha de oxígeno. Hacía ya trece meses que el doctor le había descrito aquella dura escena con todo lujo de detalles, y él no le quiso creer. Prefirió aferrarse a la falsa idea de que su salud y fuerza eran equiparables a la de su juventud. Quiso esconderse en esa época en la que subir a la mayor cumbre no le suponía esfuerzo alguno.

No quiso darse cuenta de que su cuerpo y mente estaban ya más cercanas a esa cruel infancia en la que lo más pequeño resultaba un imposible y el sonido de cada palabra era nuevo una y otra vez. Incluso el tan conocido retumbar de la cabeza de su madre al ser golpeada repetidamente contra la pared por su padrastro le ha habría resultado una nueva experiencia. Su mente estaba en blanco cómo la del niño que acaba de nacer.

De fin a principio

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