Blanco desierto

Una expresión banal, una sucia huella que dejo atrás, una mancha de grafito que ya no se puede borrar. Una nevada la podría ocultar, pero siempre quedará la marca del carbón en su intimidad.
Punzante es el bastón en el que me apoyo al final de cada paso, de cada oración que ya no tiene que contar. Se va acentuando mi cojera al arrastrar la pierna por la sílaba tónica, estoy cansado ya.
Tropiezo con el escalón que separa este párrafo, dibujo un ángel con mi cuerpo, una bella figura que ya pertenece a este lugar. Me levanto y vuelvo a caminar, un 42 aplasta ahora su belleza con este punto final.
La imagen ha sido tomada de la galería de jvers.
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